Los últimos años el tema de las habilidades sociales ha ido ganando importancia y relevancia pero, ¿sabemos en qué consisten realmente?
Para poder definirlas, tenemos que recurrir a tres conceptos importantes muy relacionados entre sí:
– Asertividad: es la parte de las habilidades sociales que contiene todos aquellos comportamientos y pensamientos que utilizamos para defender nuestros propios derechos sin agredir a nadie ni ser agredido verbalmente, es decir, cómo nos comportamos de manera que no nos provoque malestar, sin provocar malestar en las demás personas.
– Competencia social: Son aquellas aptitudes y recursos sociales, cognitivos, conductuales y emocionales que nos permiten tener relaciones adecuadas con los demás, ya sean de amistad, de pareja, familiares, o simplemente relaciones cordiales en general.
– Habilidades sociales: son una serie de conductas, que nos ayudan a resolver situaciones de forma efectiva, y que se expresan en las interacciones sociales que tenemos.
Existen numerosas habilidades sociales básicas. Algunas de las más importantes son:
– Empatía: aprender a ponerse en el lugar de otras personas
– Cooperación: capacidad de trabajar en equipo con otras personas para conseguir un objetivo común
– Comunicación: Saber expresarse con claridad, así como poder expresar sentimientos, pensamientos, emociones, etc.
– Autocontrol: identificar los propios sentimientos y creencias y aprender a controlar los impulsos.
– Resolución de conflictos: interpretar un conflicto y extraer alternativas que pueden dar solución al mismo.
La escasez o falta del desarrollo en la infancia de habilidades sociales, puede provocar una serie de problemas tales como falta de autoestima, malestar emocional, dificultad para expresar los propios sentimientos e ideas, dificultad en las relaciones con los demás, inadaptación al entorno, problemas escolares, etc.
En conclusión la competencia social que aprendemos y desarrollamos en nuestra infancia y adolescencia, está íntimamente relacionada con el funcionamiento tanto social como académico y psicológico en la vida adulta, ya que nos ayuda a interiorizar las normas sociales que vamos asimilando desde edades tempranas, y por lo tanto influye directamente en las relaciones que tenemos con los demás a lo largo de nuestra vida, así como en nuestro autoconcepto y adaptabilidad al entorno.
La importancia de las Habilidades Sociales
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